Cuando elaboramos una receta, solemos utilizar una gran cantidad de ingredientes, desde grasas líquidas, como aceites, y animales, como mantecas y mantequillas. Distintos tipos de harinas, natas, leche de soja, avena, vaca, cabra.....
En la dieta mediterránea, solemos utilizar el aceite de oliva virgen, y si es extra mejor, por su calidad y su sabor, dándole un sabor especial a nuestros guisos. Normalmente la cantidad de aceite que se echa en las comidas suele ser poco, porque al calentarse suele aumentar de volumen y, cuando se hace dieta, la cantidad apropiada suele ser de una cucharada sopera por persona.
Cuando elaboramos en las recetas un sofrito, lo solemos hacer a fuego lento para que no se queme el aceite y no cambie de sabor de la comida. También las mismas recetas se pueden hacer en “crudo” sin sofreír el aceite, echarlo al guiso cuando el agua está hirviendo.
En algunas regiones ó países, por tradición, o porque no puedan utilizarlo, pueden sustituir el aceite de oliva por aceites de semillas (girasol, soja, maíz…), ó por mantequillas, margarinas, pero utilizando poco para no alterar mucho el sabor de las comidas.
Cuando se tiene alguna alergia (gluten, lactosa, fructosa…) o intolerancia a algún ingrediente, se está siguiendo alguna dieta baja en calorías, al elaborar las recetas, se pueden sustituir unos ingredientes por otros como:
-La nata por leche desnatada, de soja..
-La harina de trigo por la de maíz…
Antes de hacer el arroz con leche, si lo ponemos unos 5 ó 10 minutos en remojo, y luego se escurre el agua para incorporarlo a la leche para cocerlo, nos ahorraremos tiempo de cocción porque se hará mucho antes, saliendo más blando.
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